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Por: Víctor R. Hernández
En su mensaje, desde el Zócalo de la Ciudad de México, con motivo de su primer informe de gobierno, el domingo 5 de octubre, la presidenta Claudia Sheinbaum pronunció un contundente reconocimiento a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador en clara referencia de que nunca romperá con él.
“Se han empeñado en separarnos, en que rompamos. Su objetivo no es otro más que el de acabar con el movimiento de Transformación, que nos dividamos. Pero eso no va a ocurrir”, aseguró.
Luego, lo colmó de virtudes: dijo que López Obrador es un ejemplo de honradez y austeridad, que nunca se vendió a los poderosos y nunca se apartó de sus principios.
En nuestra columna de ayer, abordamos textos del libro de George Orwell, 1984, publicado en 1949 y nos referimos a un especie de futuro distópico. En el que cada palabra hay que interpretarla como lo contrario a lo que significa. Recordamos que el Ministerio de Paz, era el encargado de hacer la guerra.

Pues así encontramos el discurso de Sheinbaum Pardo un discurso obscuro, tenebroso, para los integrantes de su partido que están en la mira. Y es que mientras se esfuerza por encubrir sus verdaderas acciones, al sostener que nunca romperá con su padre político, en los hechos, mandó (el domingo 5 de octubre) a la cuarta o quinta fila a Andy López Beltrán, el hijo predilecto y heredero del movimiento de López Obrador. En su lugar, por ejemplo, puso a 12 gobernadores en primerísima fila, entre ellos al mismísimo gobernador priista, Esteban Villegas Villarreal. Sí, el gobernador duranguense estuvo entre los 12 apóstoles colocados a dos o tres metros de distancia de Sheinbaum Pardo.
Las rupturas o distanciamientos en la actividad política, es un elemento esencial y hasta connatural en la vida cotidiana de esta actividad.
Los rompimientos entre grupos compactos siempre han existido, hasta en las mejores familias. Unos se registran abiertamente, luego de un proceso corto de fuertes tensiones, dimes y diretes y, finalmente, todo truena. Todos depende del estilo personal de quien en ese momento, le toca administrar el poder absoluto; decide el rompimiento de tajo, rápido, con su antecesor o gradual, hasta que se desprende totalmente de su influencia. Ejemplos tenemos muchos a nivel nacional y a nivel estatal, sobre todo.
Comencemos con los históricos rompimientos a nivel nacional para poder proyectar si Sheinbaum Pardo, podrá hacer lo mismo con López Obrador.
1- Cuando rompió Lázaro Cárdenas con Plutarco Elías Calles fue a los 16 meses, casi al año y medio de haber recibido el poder de uno de los pilares del legendario PRI.
Lázaro Cárdenas rompió con Plutarco Elías Calles en 1936, culminando con la expulsión de este último del país. La ruptura se debió a una lucha por el poder entre ambos líderes y a las profundas diferencias en sus visiones políticas y sociales.
Causas de la ruptura
El Maximato: Calles, a pesar de haber terminado su presidencia en 1928, continuó ejerciendo una enorme influencia sobre los gobiernos subsiguientes, en un periodo conocido como el “Maximato”. Desde 1928 hasta 1934, controló las decisiones políticas como el “Jefe Máximo”, un rol que Lázaro Cárdenas se negó a aceptar.
Intromisión en el gobierno: Calles intentó inmiscuirse en las decisiones del gobierno de Cárdenas, tal como había hecho con sus predecesores. Sin embargo, Cárdenas, con un respaldo popular creciente, decidió afianzar su propia autoridad y remover a los allegados de Calles en su gabinete, sustituyéndolos por cardenistas.
Diferencias ideológicas: Existían importantes divergencias en los proyectos políticos de ambos.
Cárdenas era un firme defensor de reformas sociales más radicales y de la implementación de políticas agrarias y laborales a favor de los obreros y campesinos.
Calles, en cambio, tenía una postura más conservadora y reaccionaria, y se oponía a las políticas de Cárdenas, manifestando una hostilidad abierta hacia las organizaciones obreras y campesinas.

La expulsión de Calles
La ruptura definitiva ocurrió el 10 de abril de 1936, cuando Cárdenas ordenó la expulsión de Calles y sus aliados más cercanos (Luis N. Morones, Luis León y Melchor Ortega). Aunque oficialmente se argumentó que el viaje de Calles a Estados Unidos era por motivos de salud, en realidad fue una maniobra política de Cárdenas para consolidar su poder y poner fin al Maximato.

2- Cuando rompió López Portillo con Luis Echeverría, fue a los 23, 24 meses cuando lo mandó a las En realidad, José López Portillo lo nombró embajador en las islas Fiyi. También fue nombrado embajador en Australia y ante la UNESCO.
El contexto de la relación entre ambos presidentes
Aislamiento político: El nombramiento de Echeverría como embajador en Fiyi fue interpretado como una forma de López Portillo para alejar a su antecesor del poder y de la influencia política en México. Se rumoreaba que Echeverría quería controlar a López Portillo detrás del escenario, pero López Portillo le hizo saber quién tenía el poder.
Relación conflictiva: La relación entre ambos presidentes fue tensa, con Echeverría intentando influir en el gobierno de López Portillo, lo que provocó que este último lo marginara políticamente.
Predecesor incómodo: Echeverría no era un predecesor fácil, lo que generó un conflicto que se resolvió con su nombramiento en un puesto diplomático lejano.
3- La ruptura entre Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari fue un episodio crucial en la historia política reciente de México, marcando el fin de la hegemonía priista. La relación, que inicialmente era de aliado y sucesor, se fracturó por diferencias de poder y una serie de eventos que culminaron en el encarcelamiento de Raúl Salinas de Gortari.

El “error de diciembre” y la crisis económica (1994-1995)
Devaluación del peso: La crisis económica que estalló en diciembre de 1994, conocida como el “Error de Diciembre”, fue un factor clave. Salinas de Gortari acuñó esta frase para culpar a la administración de Zedillo de las malas decisiones económicas, mientras que Zedillo culpaba a su antecesor.
Atribución de responsabilidades: Este conflicto de responsabilidades por el descalabro económico, que afectó a millones de mexicanos, distanció a ambos políticos y los enfrentó públicamente.

El asesinato de José Francisco Ruiz Massieu y el encarcelamiento de Raúl Salinas
Investigación y detención: El asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, cuñado de los hermanos Salinas y entonces secretario general del PRI, fue un parteaguas. En febrero de 1995, Ernesto Zedillo ordenó la detención de Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente, por ser el presunto autor intelectual del crimen.
Acción decisiva de Zedillo: La orden de detención fue un golpe directo al poder de Carlos Salinas, rompiendo la regla no escrita del sistema presidencialista mexicano de no tocar a la familia del antecesor. Esta acción demostró la independencia de Zedillo y su intención de no ser manipulado por su predecesor.

Consecuencias de la ruptura
Debilitamiento del PRI: El enfrentamiento entre los dos líderes debilitó al Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió las elecciones presidenciales por primera vez en más de 70 años en el año 2000.
Consolidación del poder de Zedillo: La detención de Raúl Salinas le permitió a Zedillo consolidar su poder y distanciarse de la sombra de su antecesor.
Exilio de Salinas: Tras el encarcelamiento de su hermano y las críticas en su contra, Carlos Salinas se exilió en el extranjero, alejado del poder político en México.
La ruptura entre Zedillo y Salinas fue el resultado de una combinación de factores políticos y económicos, simbolizada por el “Error de Diciembre” y la detención de Raúl Salinas, que marcó el fin de una era en el PRI y en el sistema político mexicano.