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Por: Víctor R. Hernández
Conforme se acerca la fecha del 15 de noviembre, va surgiendo información nueva de lo que mueve a la Generación Z Mexicana, a salir a las calles el próximo sábado. Y entre los resortes que encontramos está el reclamo de vivir (el primer derecho del ser humano), no desaparecer, no formar parte de las estadísticas; no llenar de luto a la familia o dejar en el desamparo a hijos y esposa. Luego, el derecho a la salud, a recibir medicamentos y atención oportuna.
Es la Generación Z, es la que ya inquieta a la autodenominaba 4T porque no la entienden, ignoran sus aspiraciones, sus inquietudes, sus frustraciones, sus ideales, sus causas. Es una generación que no se deja manipular y mucho menos coptar por una beca Benito Juárez del Bienestar.

Los voceros de este novedoso movimiento juvenil, aseguran que este sábado se movilizarán en 48 ciudades del territorio nacional, incluyendo municipios de Durango, Lerdo y Gómez Palacio.
Esta convocatoria se realiza, además, para rendir homenaje al alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, asesinado el primero de noviembre durante un acto público. La movilización de este sábado se ha dado a conocer a través de las páginas de X, Facebook, Tik Tok en donde llaman a la población a asistir en los puntos estratégicos de sus ciudades para protestar de manera pacífica y apartidista.
En redes sociales han señalado que la marcha busca visibilizar el riesgo que enfrentan autoridades municipales en regiones vulnerables, y exigir justicia no solo por el homicidio de Manzo Rodríguez, sino por todos los crímenes callados.
Y es que de acuerdo a un reportaje publicado por El Universal, en México cada dos meses y medio, asesinan a un presidente municipal. De acuerdo con el recuento, fueron ejecutados 119 alcaldes en funciones o electos, en los últimos 25 años. De esta cifra, 10 alcaldes en los últimos 12 meses.
El sexenio más mortífero registrado fue el de Enrique Peña Nieto, con 42 casos; le sigue el de Felipe Calderón Hinojosa, con 37; en tercer lugar se ubica el de Andrés Manuel López Obrador, con 26, y en cuarto, el de Claudia Sheinbaum Pardo, con 10 hasta la fecha.
El estado con más homicidios de presidentes municipales es Oaxaca, con un total de 24; le siguen Michoacán, con 20; Veracruz, con 13; Guerrero, con 12; Puebla, con ocho; Durango, con seis y Jalisco, con cinco, mientras que en Chihuahua y Estado de México se documentaron cuatro casos, respectivamente.
Al menos 38 alcaldes pertenecían al PRI; 19 eran del PRD; 18, del PAN; nueve, de Morena y PVEM; cinco, de MC y PT, y el resto eran de partidos locales o independientes, como el alcalde Carlos Manzo Rodríguez.
¿Por qué es importante la marcha de este 15 de noviembre?
Porque se trata de una expresión ciudadana que busca recuperar espacios públicos y exigir condiciones de paz, justicia y gobernabilidad. En medio de un contexto nacional marcado por hechos violentos, la jornada del 15 de noviembre podría convertirse en un termómetro del ánimo social y la articulación comunitaria frente a la crisis de seguridad.
La movilización también se vincula con expresiones juveniles del movimiento Generación Z México, que ha promovido la etiqueta #ALasCalles15Nov como parte de una jornada nacional contra la corrupción, la impunidad y la inseguridad pública. Aunque no existe una coordinación formal entre ambos llamados, en redes se han entrelazado las causas y símbolos, como el uso de banderas blancas y mensajes de resistencia.
Ociel Alí López: Creiamos que era una llamarada de petate
El prestigiado periodista venezolano, Ociel Alí López, es quien más ha escrito sobre este nuevo fenómeno social mundial. Recuperamos y le presentamos a continuación, parte de sus textos de finales de septiembre que terminan de dibujar a esta generación que nos ha obligado voltear a verlos:

Cuando una oleada de protestas, convocada por una autodenominada Gen Z que utiliza los símbolos de un manga japonés, derrocó el 9 de septiembre al primer ministro de Nepal, Khadga Prasad Sharma Oli, pensamos que se trataba de un evento aislado, en el único país del mundo con bandera no rectangular.
Cuando nos enteramos que unas convocatorias similares se desarrollaban en Indonesia, Filipinas y otros países de Asia, los analistas pensaron que obedecía a alguna moda propia de ese continente y de su exacerbado consumo pop.
Luego, cuando la oleada llegó a Perú y luego a Paraguay, descubrimos que las protestas tenían réplicas en otro continente, siempre díscolo, al que le encanta surfear cuando de conflicto se trata.
Pero cuando llega a África, por medio de levantamientos en Marruecos y Madagascar —cuando además ya había ocurrido algo similar en julio en Kenia—, quedó claro que estábamos ante un fenómeno global.

Para las izquierdas, este tipo de manifestaciones siempre son difíciles de comprender y catalogar. Primero, porque no usan la simbología ni el discurso tradicional.
Lo cierto es que estas manifestaciones tienen sus propias características y comprenderlas es vital, no solo para entender el momento sino para renovar marcos conceptuales que ya no funcionan, sobre todo cuando jóvenes de todo el mundo también están detrás del crecimiento de la extrema derecha. Entonces, ¿dónde ubicar esta nueva marea de rebeldía juvenil de 2025?
Características de la rebelión
Estas manifestaciones tienen diferentes motivaciones socioeconómicas sin un causante global, la mayoría típica de los movimientos sociales tradicionales. En Marruecos, en medio de una crítica a la construcción de estadios para el Mundial de Fútbol 2030 y la Copa África 2026, la chispa se ubica en la muerte de ocho mujeres embarazadas en el mismo hospital de Agadir. En el caso de Paraguay, el detonante fueron los escándalos de corrupción. En Madagascar, se repudiaban los cortes de luz y la falta de agua. En el caso de Perú, fue una reforma de la ley de pensiones en donde los principales afectados eran los menores de 40 años. En Indonesia, se debió al atropello de un repartidor por parte de un coche policial.
En todas ellas, el tema de lo digital es preponderante tanto en la conformación identitaria como en los desenlaces. Hay que recordar que el primer ministro de Nepal fue derrocado por prohibir numerosas redes sociales y que las medidas digitalmente represivas tomadas por los distintos gobiernos para contener las protestas fueron respondidas con más acciones y protestas, como ha ocurrido también en Paraguay e Indonesia.
La organización digital y la difusión reticular es un elemento diferenciador de esta oleada, ya que es la primera generación que extirpa del imaginario la necesidad de difusión massmediática
La organización digital y la difusión reticular es un elemento diferenciador de esta oleada, ya que es la primera generación que extirpa del imaginario la necesidad de difusión massmediática y la omnipotencia de los medios de comunicación: se autogestionan al respecto. Han borrado del mapa eso de que “si no sale en los medios no existe”. Ellos mismos están utilizando Discord— una plataforma de gamers— para organizarse políticamente y luego Tik Tok para la difusión masiva de contenido.
Lo que diferencia a estas movilizaciones tampoco ha sido el tipo de acción utilizada. En todos los países afectados, las protestas de calle podrían equipararse con cualquier movimiento anterior. No hay mucha creatividad ni innovación al respecto. Lo fundamental es la postura estética, no tanto porque sean jóvenes los que están en las calles —porque así han sido todos los movimientos estudiantiles de la historias de los últimos sesenta años—, sino porque poseen una estética y una épica que ya no está atada a lo ideológico. Es allí donde muestran su mayor distinción.
Por ello el espíritu de la revuelta lo representa el animé japonés One Piece, la obra maestra de la insurrección que comenzó a editarse en 1997. Estas nuevas manifestaciones ya no enarbolan las banderas rojas del comunismo ni sus activistas llevan camisetas del Ché Guevara. Más bien, usan sombrero de paja que representa la humildad, la hidalguía, pero también la lucha y la esperanza; usan las camisetas con el dibujo de Monkey D. Luffy, protagonista de One Piece, un adolescente en sandalias y pantalones cortos que se denomina rey de los piratas. La bandera que han enarbolado en los distintos continentes es la calavérica del animé, una que invita a una utopía no abstracta, sino una con acciones concretas para enfrentar lo que denominan el “gobierno mundial”. Tampoco siguen a líderes históricos o actuales conocidos, ni se acomodan ante el conflicto geopolítico existente.
Lo fundamental es la postura estética, no tanto porque sean jóvenes los que están en las calles, sino porque poseen una estética y una épica que ya no está atada a lo ideológico
Es muy probable que detrás de alguna de ellas haya ONG, cierto tipo de activismo o algún servicio secreto. Sin embargo, vemos que muchos de los lugares donde emergen hay gobiernos claramente de derecha. En otros, sus adversarios han sido comunistas, como en Nepal, que han perdido la línea transformadora y se han plegado convenientemente al status quo.
Hay que entender las motivaciones, los sufrimientos y lo que está sucediendo con los nacidos entre 1997 y 2010, quienes han sido los principales convocantes. No son solamente una generación de estudiantes, sino que se han sumado ingentes masas de jóvenes trabajadores, informales y desempleados, precarios, con una erosión agónica de la idea de futuro. No reconocen la idea de “éxito” de la ideología neoliberal. No participan en entes mediadores como sindicatos o partidos, tampoco están adheridos a movimientos políticos o activismos conocidos, ni tienen como fundamento último el convertirse en alcaldes o diputados. Tampoco se quieren ubicar de un lado u otro de la diatriba geopolítica.