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Por: Víctor R. Hernández
La detención de Édgar “N” “El Limones”, el 10 de diciembre en la colonia J. Guadalupe Rodríguez, en Durango capital, abrió un nuevo frente político y financiero en la región (1).
De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el detenido fungía como jefe de plaza y operador financiero de un grupo delictivo local, mientras que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) confirmó que mantiene bloqueadas sus cuentas bancarias, al identificarlo como responsable de operaciones irregulares vinculadas a extorsión, fraude y lavado de dinero.

Mientras la FGR avanza en la integración de la carpeta por delincuencia organizada y lavado, la UIF mantiene el rastreo de flujos y beneficiarios finales, un proceso que podría abrir un nuevo capítulo sobre la relación entre estructuras políticas, sindicales y redes delictivas en Durango y La Laguna.
Desde el 10 de diciembre cuando se anuncio el hecho, se han registrado cuatro declaraciones importantes que nos ayudan a comprender lo que sucede en nuestro país con respecto al combate a la impunidad, la corrupción y la delincuencia organizada.
1- La de Omar Garcia Harfuch.
Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), aseguró que, por ahora, no se indaga ninguna relación del reciente detenido por narconexos, Edgar Rodríguez Ortiz, “El Limones”, con el líder nacional de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) y diputado federal de Morena, Pedro Haces.
Pese a múltiples evidencias gráficas, y hasta señalamientos de políticos sobre la cercanía entre ambos, García Harfuch explicó que, al momento, a “El Limones” se le indaga por ser un integrante de la organización criminal “Los Cabrera”, con presencia en Durango y Coahuila.
“La investigación inició por denuncias específicas sobre extorsión que no están vinculadas a ningún sindicato, es una extorsión directa desde cobrarle a empresarios, agricultores por pozos de agua, hay varios delitos que se están investigando, pero ninguno está relacionado como tal con un sindicato, o con algún vínculo político, lo tenemos vinculado con una célula criminal que opera en Durango, Coahuila, apodada ‘Los Cabrera'”, respondió en conferencia de prensa.
“Sin embargo, las investigaciones son recientes, apenas ha sido vinculado a proceso y las diligencias continúan, más adelante en coordinación con FGR, a través de FEMDO, vamos a estar actualizando la investigación, no es el único detenido, como lo mencionamos hay otros de esta célula criminal, y estamos trabajando para continuar con detenciones, otros cateos y continuar con la investigación”.
-¿No hay relación con Pedro Haces?, le insistieron. “Al momento no”, respondió el funcionario federal (2).
2- Pedro Haces.
“Niego rotundamente que El Limones pertenezca a esta organización. “El Limones” no es CATEM, no se equivoquen”, subrayó luego de que el Gabinete de seguridad informó de su detención por su probable participación como jefe de plaza y operador financiero para un grupo delictivo dedicado a la extorsión (3).
3- Armando Cobián, líder de la CATEM en el estado de Durango
La CATEM Durango publicó el pasado 20 de marzo de 2023 una imagen donde se observa a Pedro Haces; Edgar Ortiz, “El Limones”, detenido este miércoles por su probable participación como jefe de plaza y operador financiero de un grupo delictivo dedicado a la extorsión; y Armando Cobian, secretario general de la CATEM en el estado.
“Muy agradecidos con el senador Pedro Haces, secretario general nacional de CATEM, por depositar su confianza en mí, para ser el secretario general de CATEM en Durango y nuestro compañero Edgar Ortiz como secretario de organización en el estado”, es el mensaje que acompaña la fotografía publicada en el sitio oficial de la CATEM Durango (3).

4- Esteban Villegas Villarreal
Después de haber guardado silencio por varios días el gobernador del estado, Esteban Villegas Villarreal, se pronunció este sábado sobre la detención de Edgar Rodríguez Ortiz, alias “El Limones”, a quien calificó como un objetivo relevante para la seguridad de la Comarca Lagunera, al tratarse, dijo, de un personaje conocido en la región y vinculado a prácticas que derivaron en actividades delictivas.
Durante sus declaraciones, el mandatario estatal señaló que “nadie puede decir que no era de la CATEM”, al referirse a los antecedentes públicos de “El Limones” en la región.
Afirmó que la relación del ahora detenido con la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México era conocida por habitantes de La Laguna, incluso con reuniones previas cuando se intentó ingresar a Durango capital. “Desgraciadamente cayeron en malas prácticas que llevaron a que esto sucediera”, expresó.
Villegas Villarreal agregó que, en su momento, dialogó con el dirigente nacional de la organización, Pedro Haces, a quien advirtió que no permitiría la entrada a Durango capital bajo esas condiciones.
“No sé si el dirigente nacional supiera lo que realmente estaba haciendo”, comentó, al tiempo que subrayó que los hechos ya ocurrieron y ahora corresponde a las autoridades actuar conforme a la ley.
El Análisis.-
Por momentos, la política mexicana deja de ser un ejercicio de poder institucional para convertirse en un sistema de administración de la simulación y el silencio. El caso de Édgar Rodríguez Ortiz, “El Limones”, detenido por la FGR no es una anécdota criminal más en Durango: es una radiografía de cómo opera la captura del Estado cuando el crimen organizado se incrusta en estructuras legales, sindicales y políticas.
La diferencia, esta vez, es que la negación ya no alcanza.
Mientras la dirigencia nacional de la CATEM, encabezada por Pedro Haces, se apresuró a deslindarse —como si la pertenencia formal fuera el centro del problema—, el gobernador Esteban Villegas Villarreal fue contundente el 12 de diciembre: “Todos saben que El Limones es miembro de la CATEM”. No fue un desliz retórico. Fue una afirmación política que rompe la narrativa de contención y coloca el foco donde realmente debe estar: la utilidad de las estructuras sindicales para el control territorial del crimen.
Porque aquí no se discute una credencial. Se discute un modelo de operación.
El expediente federal describe a “El Limones” como un operador de extorsión sistemática contra ganaderos, comerciantes y transportistas; un recaudador criminal con estructura, rutas de cobro y una red de empresas fachada para lavar dinero. La UIF no bloqueó cuentas por error: congeló personas, razones sociales, inmuebles y flujos financierosque no resisten el menor escrutinio fiscal. Eso no se improvisa. Eso se administra.
Y se administra, casi siempre, con protección política.
Aquí es donde el caso Durango deja de ser local y se conecta con un patrón nacional inquietante. La discusión sobre la captura del Estado ya no es teórica. Está documentada en distintos frentes:
– El huachicol dejó de ser robo hormiga para convertirse en industria criminal, con refinerías clandestinas, logística, transporte y lavado financiero.
– El tráfico de armas fluye por las mismas rutas donde operan estos grupos, con una tolerancia institucional que solo se explica por complicidades.
– El caso de Raúl Rocha Cantú —ligado en investigaciones periodísticas a esquemas de huachicol y tráfico de armas— encaja en la misma lógica: crimen que no opera en los márgenes, sino dentro del sistema, aprovechando vacíos, lealtades y silencios.
Durango no es excepción. Es espejo.
Cuando un líder criminal puede presentarse como dirigente sindical, sentarse con actores políticos (José Ramón enriquez Herrera, con líderes empresariales de la CMIC, participar activamente en la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum), fotografiarse en espacios de poder y operar durante años sin ser molestado, el problema no es solo el delincuente: es el ecosistema que lo normaliza. El crimen organizado ya no necesita desafiar al Estado; le basta con cohabitarlo.
Por eso la frase del gobernador Villegas es políticamente relevante. No exonera a nadie, pero rompe la coartada. Dice, en el fondo, lo que muchos saben y pocos dicen: que hay estructuras que han sido secuestradas, utilizadas como fachada para extorsionar, controlar sectores productivos y financiar economías criminales.
Negarlo es ingenuidad. Minimizarlo es complicidad.
La pregunta que queda no es si “El Limones” era o no de la CATEM. La pregunta es cuántos más operan hoy bajo el mismo esquema, en otros estados, con otros nombres, usando sindicatos, empresas o asociaciones como instrumentos de captura territorial.
Si el caso se reduce a una detención y a un deslinde de escritorio, el mensaje será devastador: en México, el crimen paga costos individuales, pero el sistema permanece intacto. Si, en cambio, se sigue la ruta del dinero, de las relaciones y de las protecciones, entonces sí estaríamos ante un punto de quiebre.
Porque cuando el Estado deja de gobernar y solo administra daños, el crimen no avanza: se institucionaliza. Y eso, hoy, es el verdadero escándalo.
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2- https://www.reforma.com/niegan-indagar-por-ahora-nexos-de-limones-y-haces/ar3122463?v=6