Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 16 segundos
Por: Víctor R. Hernández
Con el asesinato de Carlos Manzo Rodríguez, alcalde de Uruapan, Michoacán, la segunda ciudad más importante de esa entidad, deja en claro, una vez más que estamos ante un Estado Criminal Continuo, entendido éste como el funcionamiento de una serie de instituciones constitucionalmente reconocidas (como la Marina, el Ejército, la Guardia Nacional, las policías estatales y municipales, así como áreas de inteligencia, unidades de inteligencia financiera), todas, colaborando de una forma u otra, para los grupos criminales, traicionando así a la población mexicana.

Hoy podemos fortalecer esta afirmación que varios analistas ya han expuesto y que poco a poco va cobrando fuerza:
1- Carlos Manzo, en insistentes declaraciones públicas, que se pueden comprobar a través de videos, hizo llamados urgentes al gobierno federal para que acudieran a ayudar a la población de Uruapan, ante las constantes injusticias, como robos, levantones, cobros de piso, ejecuciones de parte de los grupos armados que dominan desde varios años atrás esta importante región aguacatera.
2- La respuesta confesa de la misma presidencia de la República fue que le enviaron 16 elementos de seguridad para que lo cuidaran y garantizaran su vida. No cumplieron el objetivo, pues su asesinato fue ante cientos de asistentes a la fiesta de las velas, en la plaza principal de Uruapan. Diez y seis efectivos para cuidar a un alcalde sitiado por cuando menos cuatro organizaciones criminales; una verdadera burla.
3- Carlos Manzo construyó su candidatura a la presidencia municipal de Uruapan, desde la sociedad civil, pues ya se había separado de Morena, tras comprobar la colaboración de los funcionarios cercanos al gobernador, con los grupos criminales.
La denuncia del alcalde ahora asesinado contra el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, nunca fue recogida con seriedad a pesar de que hay elementos suficientes.
4- El asesinato del alcalde de Uruapan se da a escasos 10 días de que un grupo criminal ejecutara, también a plena luz del día a Bernardo Bravo, líder de los productores de limón en Apatzingán, Lo que demuestra no sólo la impunidad con que actúan este tipo de delincuentes, sino también la efectividad de sus operaciones pues desafían abiertamente y en conjunto a las autoridades municipales, estatales y federales, de las que se supone, juntas, superan en cuanto a poder de fuego a los delincuentes organizados.

Ahora, recuperemos a través de la pluma León Krauze, los momentos previos a la muerte de Carlos Manzo, por considerarla la mejor crónica de este caso:
Apenas unos minutos antes de ser asesinado, con todo y los 16 elementos de la Guardia Nacional que supuestamente lo cuidaban, el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, caminaba por el tradicional Festival de Velas de principios de noviembre en la ciudad.
“Mira, papi, la Catrina”, le decía a su hijo pequeño, que, quizá temeroso, se había refugiado en su hombro. El niño volteó, confiando en la voz de su padre.
Manzo estaba contento (1).
A pesar de la amenaza recurrente del crimen organizado, de la posibilidad del horror súbito, la gente en Uruapan había salido a festejar el Día de Muertos. “Bendiciones a todos. Que pasen una agradable noche. Y estamos a sus órdenes”, dijo Manzo.
Muy poco tiempo después estaría muerto, ejecutado ahí, entre las velas y la música, en el corazón de la ciudad que gobernaba: la segunda más poblada de Michoacán y uno de los centros aguacateros más importantes del país.
Como Bernardo Bravo, el líder limonero y padre de familia ejecutado hace una decena de días en Michoacán, Manzo había advertido muchas veces que su vida corría peligro. Dijo que había recibido amenazas del CJNG. Quizá más grave aún, había señalado específicamente al gobernador michoacano: “No me quiere porque no simpatizo con sus políticas corruptas y nefastas”, explicó Manzo en un video publicado en sus redes sociales hace tres meses. “Vamos a defender Uruapan, si es necesario, con la vida”.
Carlos Manzo había pedido mayor apoyo al gobierno federal. Había solicitado la presencia y la empatía directa de la presidenta de México. Le pidió a Sheinbaum que visitara Uruapan, que se hiciera presente. “Le pedimos que escuche, que recapacite, que nos atienda”, decía Manzo.
Manzo tenía clara la encomienda y también el costo, inminente, de cumplirla. Sabía que le podía costar la vida y, como ocurre tantas y tantas veces en México, le costó la vida.
Carlos Manzo ganó la alcaldía de Uruapan –conocida como la capital del aguacate– en el proceso electoral de 2024; fue diputado federal por Morena en la 65 Legislatura, de 2021 a 2024, y desde ese entonces portaba chaleco antibalas por temor a sufrir un ataque en su contra, debido a sus declaraciones de combatir frontalmente al crimen organizado (2).
Este año alzó la voz para exigir el apoyo del gobierno federal para enfrentar a los grupos delincuenciales en Uruapan, donde según las autoridades operan el cártel Jalisco Nueva Generación, Los caballeros templarios, Los viagras, Pueblos Unidos y Los blancos de Troya.
El 29 de octubre de 2024 fue asesinado en la misma plaza el periodista Mauricio Cruz Solís por presuntos sicarios que lo atacaron minutos después de haber entrevistado en una transmisión en vivo de Facebook a Carlos Manzo.
Apenas el martes anterior, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, acudió a Michoacán junto con el titular de la Secretaría de Defensa, Ricardo Trevilla, una semana después del homicidio de Bernardo Bravo, líder de los productores de limón en Apatzingán.
Buscan romper la estructura más cercana a la población
Como podemos constatar una vez más, los grupos criminales no solo se benefician de la inacción del Estado, sino que activamente continúan eliminando a actores políticos que interfieren con sus operaciones de cobro de piso, extorsión y tráfico, un fenómeno que se ha intensificado notablemente en 2024 y 2025.
El número total de alcaldes (presidentes municipales en funciones) asesinados en el periodo de 2024 y lo que va de 2025 (hasta el 1 de noviembre de 2025) es de al menos 12 presidentes municipales en funciones y electos, según los conteos de consultoras y medios especializados que citan reportes.
Los datos se desglosan de la siguiente manera:
Nota Importante: Las cifras varían ligeramente entre las consultoras (Integralia, Data Cívica) dependiendo de si se contabilizan alcaldes en funciones, alcaldes electos (antes de tomar posesión), o expresidentes municipales. La cifra más reciente y consolidada apunta a un total de 31 alcaldes asesinados durante los siete años de la administración de Morena a nivel federal, con una clara concentración en 2024 y 2025. (Fuente: Desde la Fe, 14 de julio de 2025).
Casos Relevantes y Contexto (2025)
El asesinato de alcaldes en funciones y electos es el indicador más contundente de la penetración criminal, dado que el objetivo es romper la cadena de mando y asegurar el control territorial y presupuestal.
1 de Noviembre de 2025 (Uruapan, Michoacán): El caso más reciente es el asesinato de Carlos Manzo, alcalde en funciones (postulado como independiente, ex-Diputado de Morena), ocurrido en un festival público. Manzo había exigido públicamente el apoyo del gobierno federal contra los grupos delincuenciales.
Mediados de 2025 (Oaxaca y Michoacán): Se reportó el asesinato de varios alcaldes, como Lilia Gema García Soto (San Mateo Piñas, Oaxaca, de Morena) y Martha Laura Mendoza (Tepalcatepec, Michoacán, de Morena), esta última vinculada, según investigaciones, a un líder de Cárteles Unidos.
¥ Alto Riesgo Municipal: Más del 80% de las víctimas de violencia política durante este periodo ejercían, habían ejercido o aspiraban a ocupar cargos municipales, lo que subraya que el crimen organizado busca la “captura” del nivel de gobierno más cercano al territorio.
……….
(1) https://www.eluniversal.com.mx/opinion/leon-krauze/la-tragedia-de-carlos-manzo/
(2) https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/11/02/estados/asesinan-al-alcalde-de-uruapan-dos-homicidas-detenidos-y-uno-mas-abatido