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Por: Víctor R. Hernández
La situación no es para menos. Vialidades cerradas, carreteras bloqueadas, personas varadas, pérdidas millonarias en logística y comercio. Irritación de los ciudadanos, que se han convertido en rehenes de todas las causas, clarificó el columnista de Excélsior, Francisco Garcías, (1).
La crisis del campo mexicano va más allá de las protestas y bloqueos carreteros detrás de los precios desplomados los apoyos insuficientes y las toneladas sin vender, hay una historia que conecta directamente con el poder político morenista, y otra, estrechamente ligada a Washington.
Vayamos de lo general a lo particular:
1.- Los compromisos con Washington
Detengan la entrada de maíz de Estados Unidos, dice uno de los carteles en un bloqueo de la carretera que va de Guadalajara a Morelia. En la lógica del populismo irresponsable de Morena, esto sería un canto angelical para sus oídos, pero la realidad neoliberal en el que juega hoy Claudia Sheinbaum, es muy peligroso.
Hoy, los mexicanos, porque así lo ha decidido Morena en los últimos siete años, somos deficitarios en este producto que es simbólico, pero también estratégico. Nos faltan alrededor de 23 millones de toneladas por año.
El suspender las compras de este alimento a los productores norteamericanos, en tiempos de Donald Trump, es una pésima idea. Las ventas de maíz a México representan alrededor de 5 mil millones de dólares anuales para Estados Unidos. Cualquier restricción amenazaría la relación comercial con nuestro principal socio. Golpearía la economía de una región conocida como el Corn Belt, donde está Indiana, Kansas, Iowa, Michigan, Nebraska, entre otros. En apoyo de los argumentos de los que se quejan de competencia desleal, es verdad que Estados Unidos subsidia con miles de millones de dólares a sus productores. Allá son dólares, acá centavitos (2).
El maíz amarillo que viene de Estados Unidos tiene características que lo hacen ideal como alimento de ganado y también como insumo para procesamiento industrial. El maíz se emplea en la fabricación de jabones; es materia prima para lubricantes y productos de cuidado del cuero, también para las industrias del papel, textil y minería, explica el periodista Luis Miguel González, especialista en temas económicos del diario El Economista (2).
2- La Reina del Nixtamal
En el centro de esta trama maicera, también se encuentra Altagracia Gómez Sierra, la empresaria que preside una de las harineras más grandes del país y que al mismo tiempo asesora a la presidenta Claudia Sheinbaum.
La reina del nixtamal, juega un papel clave en la crisis del maíz.
La crisis del maíz comenzó con una cosecha récord en Estados Unidos que desplomó en un 26% los precios internacionales de los granos y al mismo tiempo en México los costos de producción aumentaron más del 42% en los últimos cinco años, dejando a los agricultores en una posición cada vez más frágil.
A este panorama se sumó otro factor clave, el aumento de las importaciones. México rompió récords al triplicar la compra de maíz, y permitir la entrada de maíz transgénico estadounidense, lo que golpeó directamente a los productores nacionales quienes no cuentan con los subsidios que sí reciben sus competidores del norte.

Como resultado, los ingresos de los campesinos colapsaron. La desesperación los llevó a las calles esta semana ante la inoperancia del equipo del actual gobierno federal.
Productores del Bajío, en estados como Jalisco, Guanajuato y Michoacán, bloquearon más de 35 puntos carreteros del país, su exigencia es clara: un precio de garantía justo que cubra los costos de producción y deje un margen digno de ganancia.
En concreto, piden 7 mil 200 pesos por tonelada y un freno a las importaciones que los están desplazando del mercado.
Así, mientras la tensión en el campo crece, un nombre empezó a resonar con fuerza: Altagracia Gómez Sierra, esta empresaria no es una figura menor, es presidenta de Grupo Minsa, una de las dos gigantes harineros más importantes del país y al mismo tiempo coordinadora del Consejo Asesor Presidencial, del Gobierno de Claudia Sheinbum.

En otras palabras, Altagracia es la principal asesora económica de la presidenta y el vínculo directo con la iniciativa privada, aunque su puesto es honorífico, su influencia política y empresarial es enorme pero ¿cómo se relaciona la asesora presidencial con la crisis del maíz?
La conexión está en Grupo Minsa. La empresa que ella dirige y que junto con Gruma controlan gran parte del mercado nacional del maíz. El negocio de Minsa se beneficia de mantener bajos los precios de la materia prima.
La compañía suele importar maíz extranjero más barato, lo que impone un techo al precio que puede pagarse a los productores mexicanos y esto no es un secreto, tanto los agricultores afectados como el gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rochamoya, en su momento, han acusado públicamente a Minsa de boicotear el mercado para mantener los precios deprimidos.
Este poder empresarial no surgió de la nada, Minsa fue fundada en 1993 por Raimundo Gómez Flores, padre de Alta Gracia y destacado político priista, tras adquirir cinco plantas de maíz de la paraestatal Conasupo, durante las privatizaciones del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Años más tarde, la familia Gómez se convirtió también en beneficiaria del Fobaproa, el rescate bancario que la propia Sheinbaum ha calificado como un saqueo nacional, pero hoy, su heredera se sienta a la mesa del poder.
Como presidenta de Minsa, su objetivo es comprar maíz barato, como asesora presidencial influye en las políticas que determinan esos precios.
Finalmente, mientras este posible conflicto de interés permanece sin resolverse, el gobierno federal llegó ayer a un acuerdo temporal tras varios días de bloqueos; se ofreció un apoyo directo por tonelada, limitado a productores con hasta 20 hectáreas, en el bajío, además de la promesa de crear un nuevo sistema de ordenamiento de mercado.
Los agricultores aceptaron parcialmente la propuesta y levantaron los bloqueos pero el fondo del problema: la desigualdad entre productores nacionales y grandes corporaciones, sigue sin resolverse.
Pero, como la propuesta presidencial sólo calma, momentáneamente, a productores de Jalisco y parte de Guanajuato y Michoacán, los bloqueos continua hoy en Sinaloa y Michoacán, cuando menos.
El dilema en el mediano y largo plazo es ¿Claudia se replegará con los productores del campo mexicano o preferirá su buena relación con Donald Trump y su amigocha, la Reina del Nixtamal?
2)https://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-garfias/octubre-caliente/1748412